MI RINCON

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sábado, marzo 17, 2007

LA CENSURA COMIENZA EN CASA

Centa Reck
16 de mar - 23:27:36
(Farenheit 451)En días pasados el Secretario Ejecutivo de la Federación de la Prensa de Santa Cruz publicó una columna bajo el título: “Informar, opinar e interpretar, el reto”, donde realiza declaraciones que se constituyen en un franco atentado a la libertad de expresión.
La nota afirma textualmente: “Ex ministros, ex rectores, políticos, abogados, médicos, psiquiatras y brujos han invadido las pantallas de la TV y las páginas de los periódicos dándose de analistas y críticos a lo que pasa en el país” y luego prosigue “Ellos opinan, escriben, son los que tienen micrófonos... Este conjunto de personas se dedica todos los días a crear un clima de confrontación e incertidumbre, porque lo que dicen es violento y negativo”.
Aclaremos un poco, ¿los analistas son los que crean un clima de confrontación, violento y negativo, o ellos dan cuenta del clima existente en el país?, por otro lado, ¿acaso el ejecutivo de la prensa no establece en su titular el reto de opinar e interpretar?
Pero el asunto no termina aquí y sigue cuesta arriba: “Lo prudente es que los periodistas no debemos darles cobertura... Los hombres y mujeres de la prensa estamos siendo suplantados por estas personas”, lo que entre líneas quiere decir sujetos peligrosos que dan cuenta de la realidad en la que vivimos, que debería ser presentada desde un lente que haga difuso el desastre, para que ni por cerca se parezca a los peligros que algunos ven venir.
El mencionado señor, se pierde luego en un atolladero de marchas y contramarchas, tratando de despistar a moros y cristianos, suponemos que con la intención de que no se develen las verdaderas motivaciones que gravitan en esta censura a la libertad de expresión, situación que lo lleva a hacer un llamado a los medios de prensa que reza textualmente: “Citación urgente eimportante: Para dialogar, debatir, analizar y proponer críticamente invitamos a los directores, jefes de prensa y periodistas a una reunión muy importante...
En estos momentos estamos siendo objetos de severas críticas de algunos espacios de poder y de la ciudadanía por algunos errores que estamos cometiendo. Es hora de sentarnos y sincerarnos para evitar alguna acción mayor que lleve a controlar a los medios de comunicación”.
Vaya laberinto en el que anda metido el Secretario Ejecutivo de la Prensa, pues si con suerte agarramos la punta del ovillo de sus mensajes aparentemente contradictorios, llegamos a la conclusión de que sus expresiones entrañan un franco movimiento de cintura, tanto así que este señor podría ser un firme candidato a campeón de Ula Ula.
Si nos suspendemos un poco del juego de la retórica y del laberinto de frases hechas, podremos extraer de este intertexto que la libertad de prensa y expresión está en serio peligro, puesto que se da a entender que de aquí en adelante, sólo podrán opinar o ejercer de opinólogos quienes sean autorizados por el Secretario del Sindicato de la Prensa y ramas afines.
Tal vez estemos entrando en el mundo que nos pintó Ray Bradbury en su libro Farengeith 451, relato en el que un grupo de rebeldes memoriza libros enteros tratando de resistirse a un estado totalitario en el que los libros y el conocimiento son prohibidos (mucho más el hecho de comunicarlos).
Las declaraciones del Secretario Ejecutivo de la Prensa, coinciden con los reiterados ataques que el Gobierno hace a la prensa y que incluso plantea la amenaza de expropiar o nacionalizar a los medios de comunicación donde se expresan críticas a la actual gestión.
La libertad se está volviendo un bien escaso y un artículo enrarecido dentro del clima de intolerancia y represión, que inventa mecanismos de amedrentamiento y de coerción, con el único fin de empadronar la comunicación que se va a permitir de aquí en más, y de castigar aquella que se considera peligrosa porque da luces y un lugar al razonamiento.
Se hace fácil identificar los planes de formar una masa media de ciudadanos que no tengan acceso al análisis y la crítica y peor aún al discernimiento. Thomas Szasz expresaba: “El pensamiento lúcido requiere más valor que inteligencia”.